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La crisis del BOEING 737 MAX: el odioso dilema entre seguridad y beneficios.

Lo sombrío de una mala gestión de la confianza que se acuñó como innovación y se pagó a base de dolor y sufrimiento.


Esta crisis supuso la retirada mundial de la flota del 737 MAX, empañando significativamente la reputación de Boeing. Condujo a una importante contracción operativa y financiera d ela compañía, ya que se enfrentó a una disminución de las entregas (y disponibilidad) de aviones, una investigación oficial y la atribución de amplias responsabilidades legales estimadas en 21 mil millones de dólares, potencialmente incrementadas en hasta los 65 mil millones de dólares en pérdidas futuras.


 

En pocas palabras: ¿cuál fue la esencia de esta crisis que mereció la etiqueta de "Caso paradigmático" para el estudio de Fallos Corporativos en Gobernanza y de Seguridad en los tiempos actuales?

 

Los acontecimentos en torno al 737 MAX destacaron un conflicto más amplio y profundo dentro de la industria de la aviación entre los imperativos de seguridad frente a la rentabilidad. Las investigaciones sobre los accidentes revelaron fallas sistémicas tanto en los procesos de diseño de Boeing como en la supervisión regulatoria proporcionada por la Administración Federal de Aviación (FAA), lo que planteó preguntas sobre las responsabilidades éticas de los fabricantes de aviación con ocasión de priorizar la seguridad sobre los resultados financieros.


Los críticos argumentaron que una cultura corporativa que prioriza las ganancias por encima de otras motivaciones contribuye a resultados catastróficos, lo que impulsó a reiterados llamamientos favorecedores de un cambio fundamental en la forma en que se percibe y gestiona la seguridad dentro de la industria. En respuesta a la crisis, Boeing y los reguladores se enfrentaron a una inmensa presión para implementar protocolos de seguridad más rigurosos y estrategias de comunicación transparentes. Organizaciones sin fines de lucro (agencias gubernamentales encargadas de la supervisión sectorial) que abogan por la seguridad también han desempeñado un papel vital en el seguimiento del cumplimiento y en garantizar la responsabilidad dentro de la industria.


Las repercusiones de esta crisis se extiendieron más allá de los impactos financieros inmediatos, remodelando desde los cimientos las prácticas de la industria y reforzar la confianza pública en la seguridad de la aviación. A medida que el panorama de la aviación cambói, las lecciones aprendidas de la crisis del Boeing 737 MAX nos subrayan la necesidad de un sólido compromiso con la seguridad y la ética. Descuidar estos principios pone en peligro vidas y puede provocar daños financieros y de reputación a largo plazo.


Antecedentes

La crisis del Boeing 737 MAX, que surgió a finales de la década de 2010, fue desencadenada principalmente por defectos de diseño y errores en la gestión de la seguridad de diseño y producción que llevaron a dos accidentes catastróficos. Estos incidentes no sólo resultaron en la trágica pérdida de vidas, sino que también afectaron gravemente el negocio de Boeing, lo que provocó una disminución significativa en las entregas de aviones en comparación con su rival, Airbus. En los primeros nueve meses de 2024, Boeing entregó únicamente 291 aviones, mientras que Airbus logró entregar 497, diferencia que refleja la importancia de los desafíos a los que se enfrentó Boeing para poder recuperar la confianza en el mercado y la estabilidad operativa de la compañía.


Las raíces de la crisis se remontan a los efectos de decisiones centradas, de una parte, en una serie de medidas de reducción de costes y, de otra, de gestión de procesos que comprometieron la seguridad. Los componentes integrales del 737 MAX, incluidos algunos sistemas de software cruciales, fueron subcontratados a empresas que carecían de un historial probado en la industria aeronáutica. Esta práctica ya había comenzado con el modelo 787 Dreamliner, lo que llevó a una dependencia excesiva del personal externo y temporal en la garantía de calidad final del producto, lo que conllevó a la paralela disminución de las capacidades internas de ingeniería de la compañía. Además, las características de seguridad esenciales se ofrecieron como extras opcionales en lugar de componentes estándar del producto mismo, creando un entorno cargado de riesgos que no se comunicó adecuadamente a las aerolíneas clientes de tales proveedores.


A pesar de estos problemas, detectados con más o menos consciencia, el mercado de la aviación continuó demandando nuevos aviones, habiendo estimaciones que indicaban que se necesitarían más de 40.000 aviones nuevos en para las primeras décadas del presente siglo. Este escenario creó una ventana de oportunidad para posibles nuevos participantes en el mercado de fabricación de aviones, ya que Boeing y Airbus luchaban por satisfacer la demanda actual debido a los desafíos operativos que surígan de sus respectivas competencias. A la luz de estos desarrollos y de sus lamentables consecuencias, se ha consolidado un discurso común sobre la necesidad de mejorar la cultura de seguridad dentro de los fabricantes de aviación, que pivoto sobre tres ejes: (i) la responsabilidad de la gestión, (ii) la comunicación efectiva y (iii) la adhesión rigurosa a los protocolos de seguridad.


 

En pocas palabras: Mapa de temas, enfoque de resolución de problemas (enfoque PSA) y cronología en las fases de crisis y precrisis:

 

La Crisis

La crisis del Boeing 737 MAX se debió principalmente a dos accidentes catastróficos relacionados con el modelo de avión, destacando deficiencias significativas en el diseño del mismo y en la supervisión regulatoria que hía abresultado ser defectuosa


  • Los Incidentes iniciales

1. Lion Air Flight JT 610

El 29 de octubre de 2018, el vuelo JT 610 de Lion Air, un Boeing 737 MAX 8, se estrelló en el mar de Java poco después de su despegue desde Yakarta, Indonesia, lo que resultó en la muerte de los 189 pasajeros y miembros de la tripulación a bordo. Las investigaciones revelaron que el accidente se atribuyó a datos erróneos de un sensor de ángulo de ataque que funcionaba mal, que activó el Sistema de Incremento de Características de Maniobra (MCAS) de la aeronave. Este sistema automatizado de control de vuelo, destinado a mejorar la estabilidad del morro, se activó repetidamente y provocó que la aeronave aproara en picado y se precipirase a tierra de forma incontrolable, lo que llevó a un resultado trágico.

2. Ethiopian Airlines Flight 302

Menos de cinco meses después, el 10 de marzo de 2019, el vuelo 302 de Ethiopian Airlines, también un 737 MAX 8, se estrelló poco después del despegue de Addis Abeba (Etiopía), en ruta a Nairobi (Kenia), matando a las 157 personas a bordo. Al igual que el incidente de Lion Air, el MCAS también estuvo implicado en este accidente. Las investigaciones indicaron que el sistema se había activado debido a datos defectuosos del sensor, lo que nuevamente llevó a una caída en picado de la que la tripulación de vuelo no pudo recuperarse.

  • Respuesta de los Reguladores

Después de estas tragedias, los reguladores de la aviación de todo el mundo se movieron rápidamente para poner en tierra la flota del Boeing 737 MAX, aunque la FAA inicialmente sostuvo que el avión estaba en condiciones de volar. Pero fué solo tres días después del accidente de Ethiopian Airlines que la FAA decidió enterrar el avión en medio de un mar de pruebas que vinculaban el funcionamiento del MCAS con ambos accidentes. Esta respuesta posterior provocó una mayor investigación y críticas significativos, ya que subrayó una preocupación más amplia acerca de los fallos regulatorios que amparó respecto de garantizar la seguridad de las aeronaves.


  • Hallazgos en la Investigación

Las investigaciones sobre ambos accidentes revelaron fallas sistemáticas en los procesos de diseño de Boeing y los procedimientos de certificación de la FAA. La activación del sistema MCAS, aunque diseñado para evitar el bloqueo y debido al mal funcionamiento del sensor, contribuyó directamente a la pérdida de control en ambos vuelos y se le vinculó a ambos incidentes. A medida que se desarrollaban las investigaciones, se hizo evidente que en ambos acontecimientos destacaron los descuidos de ingeniería y las lagunas significativas en los protocolos de gestión de crisis y las estrategias de respuesta.


 

En pocas palabras: Cuestiones básicas o las ineficiencias que condujeron a la crisis

 
  • Implicaciones corporativas

Las crisis llevaron a Boeing a reevaluar sus protocolos operativos, que ahora se centra en la preparación para la gestión de crisis, que incluye el establecimiento de equipos de gestión de dicha crisis, protocolos de comunicación temprana y la reserva de recursos para responder eficazmente a emergencias similares en el futuro.


Las secuelas de estos incidentes han sido una lección crítica tanto para Boeing como para la industria de la aviación, enfatizando la necesidad de medidas sólidas y estrategias proactivas de gestión de crisis para evitar que tales tragedias vuelvan a ocurrir.


 

En pocas palabras: Los desafíos y las soluciones de Boeing

 

Respuesta a las crisis

Habría que explorar cuatro aspectos: el marco de gestión, los protocolos de comunicación, las decisiones estratégicas y las lecciones aprendidas y adoptadas.


  • El Marco de Gestión de Crisis

La crisis del Boeing 737 MAX puso de relieve la importancia de disponer de sólidos protocolos de gestión de crisis. También deben preparar de equipos de gestión de crisis, definiendo claramente los roles de liderazgo y reservando recursos para responder a las emergencias de manera efectiva; en el caso de Boeing, la respuesta inicial de la compañía implicó (i) reforzar su sistema de gestión de seguridad, (ii) mejorar la capacitación de los empleados y (iii) mejorar la supervisión de los proveedores para abordar las preocupaciones planteadas durante las investigaciones después de los accidentes de 2018 y 2019.


  • Los Protocolos de Comunicación

La comunicación efectiva es fundamental durante una crisis. Boeing se enfrentó al investigación no solo por sus protocolos de seguridad, sino también por su estrategia de comunicación. Tener un portavoz principal y canales de comunicación claros es esencial para minimizar la desinformación y la confusión. Durante la crisis del 737 MAX, Boeing enfatizó la transparencia y la calidad en sus comunicaciones, reconociendo la validez de las recomendaciones de los organismos reguladores y comprometiéndose a mejorar las medidas de seguridad.


  • Las Decisiones Estratégicas durante la Crisis

La decisión de continuar produciendo y entregando el 737 MAX en medio de la llamada de atención que supusieron ambos accidentes fue impulsada por consideraciones financieras, destacando la tensión entre seguridad y rentabilidad. El liderazgo de Boeing como empresa se enfrentó al desafío de equilibrar la continuidad operativa con el imperativo de priorizar la seguridad, lo que en última instancia llevó a preguntas sobre la integridad de la propia compañía y la verdadera adhesión a sus valores declarados.


La crisis reveló importantes deterioros en los procesos de toma de decisiones que contribuyeron a los accidentes, lo que llevó a Boeing a revisar a fondo sus prácticas e implementar los cambios necesarios para evitar futuros incidentes.


 

En pocas palabras: Problemas fundamentales y medidas correctivas conforme al análisis P.A.S. en Boeing

 

Aprendizajes y Adaptación

Las secuelas de la crisis requirieron de proporcionar una disciplinada estrategia de respuesta, centrándose en tres áreas clave: preparación, reacción y cerrar las brechas entre los deseos y la realidad.


El enfoque de Boeing tenía como objetivo reaccionar no solo a los desafíos inmediatos, sino también aprender de las crisis para mejorar la resiliencia futura, que incluía el monitoreo continuo de posibles crisis y el mantenimiento de un mecanismo de respuesta ágil que podría adaptarse a medida que surgiera nueva información.


Se enfatizó que cierta sobredosis de comunicación con todas las partes interesadas a lo largo de la crisis desempeñó un papel crucial para el éxito final en el cambio de percepción en el mercado y la reconstrucción de la confianza.


 
Posibles Debates sobre Gestión Corporativa:

La crisis del Boeing 737 MAX plantea cuestiones fundamentales sobre la responsabilidad corporativa, la supervisión regulatoria y la gestión de riesgos. El debate se centró en tres asuntos:

El equilibrio entre la rentabilidad corporativa y las obligaciones de seguridad:

¿Cómo pueden las empresas asegurarse de que las presiones competitivas comerciales no comprometan las normas de seguridad?

El papel de los organismos reguladores en la prevención de lagunas de autocertificación:

¿Debería fortalecerse la supervisión independiente (como en el caso de los reguladores de la aviación) para evitar conflictos de interés como ocurrió con las lagunas derivadas de la autocertificación?

Gestión de crisis y ética corporativa:

¿Qué responsabilidades tienen las corporaciones para reconocer y rectificar sus errores de comunicación y rendición de cuentas y restaurar de manera transparente y rápida la confianza del público y de los inversores?


 


El impacto en Boeing Corporation

Se deben tener en cuenta cuatro aspectos al contemplar las consecuencias que tuvo para la empresa:


  • Implicaciones Financieras

The crisis surrounding the crash cases had substantial financial ramifications for the company. Initially, Boeing opted to continue producing and delivering the 737 MAX, even as the fleet faced grounding due to safety concerns. This decision was primarily influenced by the potential financial losses from halting production, which could severely affect Boeing's revenue and stock. Boeing's company projected asset values that the prolonged grounding of the jet would lead to a hit of at least $7.3 billion and a $100 million fund established for victims' families and communities affected by the crashes. This financial strain was further compounded by reports of three consecutive quarterly losses since the second crash, indicating a worrying trend of falling revenues and profits.


  • Daños a la Reputación

The 737 MAX crisis has damaged Boeing's reputation, synonymous with American aviation excellence. The company's struggles indicate issues such as quality control lapses, and a perceived prioritisation of profit over investigations into the crashes revealed significant deficiencies in quality control and manufacturing practices, contributing to a culture of silence that stifled engineers' concerns. As a reengineer's revelations, Boeing's standing in the aviation industry has been severely challenged, with rivals like Airbus capitalising on its misfortuned capital market dominance.


  • Desafíos Operativos

Following the decision to halt production at the 737 MAX factory, the economic repercussions rippled through Boeing's extensive global supply chain, resulting in layoffs and financial hardships for numerous suppliers and manufacturing partners. Boeing's operational performance suffered markedly, with the company experiencing its worst year in over three decades concerning aircraft orders and deliveries.


The resulting net negative in orders caused Boeing to lose its status as the world's largest aeroplane manufacturer to Airbus. This operational downturn affected Boeing's financial health, and Boeing's debut was due to declining industry confidence and consumer demand.


  • Dinámicas del Mercado

The repercussions of the 737 MAX crisis extended beyond Boeing's immediate financial backing. Airlines, such as Southwest Airlines and American Airlines, faced substantial operational disruptions, resulting in the cancellation of thousands of flights and demands for compensation from Boeing due to the grounded aircraft.


Furthermore, while Boeing secured a significant order for 200 MAX jets from a British Airways parent company, other airlines expressed intentions to reassess their orders amid the ongoing safety concerns, with one Saudi airline even choosing to place its order with Airbus instead. This shift in market dynamics indicates the potential for long-term challenges in Boeing's customer relations and Boeing's market share.



Reflexiones Finales:


Lo que nos dice el caso y lecciones que sacar de la crisis.

La crisis del Boeing 737 MAX ejemplifica las consecuencias catastróficas de poner (i) el beneficio por encima de la seguridad, (ii) la influencia corporativa por encima de la integridad regulatoria y (iii) las ganancias a corto plazo por encima de la responsabilidad a largo plazo. No fue simplemente un fracaso de la ingeniería, sino de la gobernanza, la supervisión y la toma de decisiones éticas.


Esta crisis reveló cómo los organismos reguladores pueden enredarse en los intereses corporativos, cómo las organizaciones destinadas a garantizar la seguridad pública pueden volverse o complacientes o comprometidas, y cómo la cultura interna de una empresa puede desliarse hacia la excesiva tolerancia al riesgo cuando la responsabilidad se debilita. Los atajos de diseño de Boeing, las evaluaciones de riesgos defectuosas y la resistencia a la transparencia informativa dieron como resultado dos tragedias que pudieran haberse evitado, con el coste de 346 vidas humanas.


Sin embargo, las crisis no solo exponen los fracasos; proporcionan puntos de inflexión. La respuesta de Boeing, las reformas regulatorias y el escrutinio público que se llevo a cabo son parte de un ajuste de cuentas en curso. Pero si los patrones pasados son una guía, estas lecciones corren el riesgo de desvanecerse en humo a menos que se refuercen con la acción. La verdadera pregunta es si esta crisis seguirá siendo una advertencia o se convertirá en otro capítulo olvidado en la historia corporativa, hasta que el próximo desastre obligue a otro ajuste de cuentas.


Principales conclusiones:

Seis ideas-fuerza que dibujan los límites entre lo conveniente y el error de enfoque:


1. La seguridad no es negociable. Cuando la seguridad se ve comprometida con fines de lucro, el desastre es solo cuestión de tiempo. Una Ingeniería y un Gobierno Corporativo éticos deben garantizar que la seguridad siga siendo la máxima prioridad.


2. La regulación que aprisiona es una amenaza silenciosa. Las agencias que hacen cumplir la supervisión deben mantenerse independientes, con buenos recursos y resistentes a la influencia de la industria, o corren el riesgo de volverse ineficaces.


3. Ganancias a corto plazo vs Consecuencias a largo plazo. Las motivaciones financieras de Boeing llevaron a medidas de reducción de costos, lo que derivó en miles de millones en daños, el colapso de la reputación y la pérdida de confianza. Las empresas deben equilibrar la innovación con la responsabilidad.


4. La cultura organizacional es la que da forma a los resultados. Un entorno corporativo que desalienta la disidencia y prioriza el secreto interno puede conducir a fracasos sistémicos, mientras que la comunicación abierta y la responsabilidad salvan vidas.


5. El escrutinio público es una fuerza poderosa. Los medios de comunicación, los denunciantes y los organismos de vigilancia independientes son cruciales para exponer los riesgos ocultos. La transparencia no es solo una medida de cumplimiento, sino una protección contra desastres.


6. La respuesta a la crisis define el legado corporativo. La forma en que una empresa reacciona ante el fracaso determina si se recuperará o declinará sin remedio. El camino a seguir de Boeing dependió de si realmente reformó o gestionó bien su reputación.


7. Reconocer los patrones te previene de repetir errores. La gobernanza inmoral de las empresas sigue patrones recurrentes, como ocurre con: el priorizar las ganancias sobre las personas, el silenciar las advertencias y el resistir la supervisión. Aprender de la historia no es opcional; es esencial.


Si hubiera que destacar sólo una Idea, sería ésta:

Reconocer los patrones de comportamiento recurrentes que conducen a crisis corporativas no solo es conveniente, sino esencial. Si se ignoran, estos patrones se repetirán, a costa de vidas, confianza e industrias enteras. El caso del Boeing 737 MAX es más que el fracaso de una sola empresa; es un recordatorio global de lo que sucede cuando la ética, la responsabilidad y la responsabilidad se consideran preocupaciones secundarias.


En la última publicación de la serie, esta preocupación: ¿Alguna vez te has dado cuenta de lo rápido que la confianza puede erosionarse si dentro del marco de circunstancias de una crisis destacan las vulnerabilidades en la seguridad del producto? La crisis de Johnson & Johnson ilustra ese tema.
 
El odioso dilema sobre qué se quebrará antes: ¿la seguridad o los beneficios?
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